NUESTRA HISTORIA BEATO ALONSO PACHECO Minaya 1551 - Salsete 15/7/1583


 

Nació en Minaya, en el año 1551, hijo de los Ilustres Señores D. Juan Pacheco, descendiente del Marqués de Villena y de Dña. Juana de Alarcón, de los Condes de Valverde, Señores de Minaya en el Obispado de Cuenca, provincia de Albacete. Era nieto y descendiente de don Juan Fernández Pacheco.

 

San Francisco de Borja había fundado el Colegio de los Jesuitas en Belmonte en el año 1557, y de los primeros alumnos que se incorporan a este colegio por el año 1561 ó 1562 a estudiar gramática, es Alonso Pacheco y Alarcón, dónde sobresalió no sólo por ser descendiente de los Pacheco, sino sobre todo por su ciencia y virtud que desde su Minaya natal ya tenía almacenada.

 

Ya desde los estudios iniciales en el Colegio informaban de él sus superiores diciendo de Alonso Pacheco "que allí se veía madera de sacerdote y madera de santo".

 

Estudio en Belmonte y de ahí pasó a Villarejo de Fuentes, en dónde los Jesuitas tenían el noviciado, y en 1667 hizo su profesión religiosa. Allí, según escritos de la época "echó muy profundos cimientos en el edificio eminente de Santidad que coronó después con glorioso martirio...".

 

Pasó después a estudiar Teología a la Universidad de Alcalá de Henares, dando ejemplo admirable de su estudio, trabajo, silencio, modestia y humildad, caridad... querido y respetado por sus compañeros y profesores.

 

Toda su ilusión, todo el deseo el joven Pacheco fue marchar de misionero a Goa y a Japón, y elegido para ello por los superiores, después de despedirse de sus padres y familiares en Minaya marchó a Lisboa para embarcar con sus compañeros.

 

Era el año 1574, todavía sin acabar los estudios de Teología para ordenarse sacerdote. Llegó a Goa el día 6 de septiembre de 1574 y se puso a estudiar con toda intensidad y fervor y, en vísperas de Navidad del mismo año, fue ordenado sacerdote y celebró su primera misa.

 

Una vez ordenado sacerdote, desempeño varios cargos: Rector del Colegio de San Pablo de los Jesuitas en Goa; Secretario Particular del Padre Provincial que debía acompañarle en todas sus visitas a los diferentes puestos de Misión para conocer "in situ" la realidad y problemas de cada una de ellas.

 

Sabiendo sus superiores la valía intelectual y virtud del P. Pacheco, lo enviaron como embajador ante el Rey de España, Felipe II, y del Papa en Roma, Gregorio XIII, para darles cuenta e informar detalladamente de la situación de las Misiones en Goa.

 

Cuando volvió de su embajada, encontró en lamentable estado la Misión de Goa, dónde a unos 5 km. al sur estaba la península de Salsete, con más de 200 templos dedicados a los ídolos, por los mismos jefes políticos de religión musulmana, los bracmanes. Los mismos jefes levantaron al pueblo sencillo y se sublevaron emprendiendo una peregrinación religiosa, dirigida especialmente hacia los P. P. Misioneros.

 

Ya los mismos Padres habían predicho que "este jardín no produciría flores de Santidad mientras no se regara con sangre de mártires".

 

Los paganos de Salsete, manipulados por el odio de los bracmanes, prepararon su muerte. Y cuando los misioneros se dirigían a la aldea de Cuculino para restablecer la misión, salió a recibirlos el jefe de la aldea, y cuando se dirigían a saludarlos y a darles la bienvenida, uno de la comitiva atravesó con una lanza el pecho del P. Pacheco, que cayó de rodillas y todavía, con el cuerpo ensangrentado y la voz entrecortada, se le pudo oír:

 

" Tú, Señor, sufriste otro golpe de lanza. Perdona a estos ignorantes..."

Y al momento recibió otra lanzada en la garganta... y su alma subió al Cielo.

Tenía 33 años. Era lunes, 15 de julio de 1583.

 

El Papa León XII lo beatificó con sus otros cuatro compañeros mártires. Su fiesta, llena de júbilo y gratitud a sus paisanos, se celebra en Minaya el 7 de septiembre con toda solemnidad y fervor.